Es valioso poder contribuir en que un niño/a descubra su propia personalidad e individualidad [Silvia Galán]
Como te comenté en la entrada anterior, Spotify no es la única herramienta que he incluido como novedad para potenciar y desarrollar un aprendizaje musical en familia dentro y fuera del aula. La bolsa de música es otra de ellas y me ha permitido crear, ofrecer, experimentar y descubrir nuevas posibilidades y estrategias didácticas. Su contenido está formado por objetos e instrumentos que se convierten en un excelente complemento para las dinámicas de las sesiones y ME ENCANTA.
Este recurso llegó con la pandemia y la necesidad de mantener una higiene y manipulación correctas del material que utilizamos en las sesiones pero, si te digo la verdad, creo que se quedará mucho tiempo con nosotros y la iremos rellenando con más y más material. ¿Y por qué te digo esto? Pues porque he observado que para las familias y sus peques, esta bolsa no es un mero trámite o condición para asistir a las sesiones, sino que también forma parte de su día a día, de su rutina, de sus juegos…
Yo muestro ideas, formas de manipular e interactuar con estos objetos e instrumentos mientras profundizamos en el aprendizaje de la música. Y ellos crean, exploran e inventan cosas nuevas, geniales y con las que yo aprendo muchísimo. Y es que en las sesiones, la educadora, el adulto y el niño/a son los verdaderos protagonistas junto a la música. ¿Quieres saber por qué? te lo cuento todo en una de las entradas de este tablón
Como ya sabes, el lenguaje musical que se interpreta, escucha y aprende en las sesiones surge principalmente de la voz. De la voz de la educadora, pero también de la del adulto y el niño/a. El aprendizaje musical viaja a través de recitados rítmicos y melodías con diferentes métricas y modos, sin límites ni censuras. La música se aprende tal y como se hace con el lenguaje. Con toda su riqueza y variedad. Añadir instrumentos y objetos como recurso servirá para afianzar estas experiencias métricas y modales, acompañando lo que se canta con la voz e interpretando lo que se escucha -igualmente con la voz, pero también con audiciones grabadas como las que están en el perfil de Spotify-. Y, además, entra en juego el cuerpo, su exploración, control y motricidad fina y gruesa. Danzas con sencillas coreografías, movimiento libre con cada parte del cuerpo y también a lo largo del espacio. Si quieres indagar más sobre este tema, te invito a que leas la entrada en la que te lo cuento.
Las cualidades del sonido -altura, intensidad, duración y timbre- son otros de los ingredientes que forman la base sobre la que se construye la percepción de lo que escuchamos y también de lo que interpretamos. ¿Es posible poner en práctica estas cualidades con el material que contiene la bolsa de música? ¡CLARO! Con la bolsa de música, las familias y sus peques no solo tenían la posibilidad de acompañar lo que interpretaban y/o escuchaban, sino que también indagaban en la altura del sonido -grave/agudo-, la intensidad -forte/piano-, la duración -largo/corto- y el timbre -el color que identifica la fuente sonora- de esta música a través de la manipulación de estos objetos e instrumentos. Cómo unos pañuelos, cintas de colores, esferas de goma eva, pompones, huevos sonoros ‘shakers’, baquetas y el tambor pueden representar todo esto y cómo cada individuo puede hacerlo de una forma única y bonita. Pero también se potencia la fluidez, la precisión, la pulsación, el fraseo, el gusto musical, la creatividad, la improvisación, la memorización, la imitación… y un largo etcétera. ¡OJO! Porque todo este proceso tiene como primera parada la voz y el cuerpo, ¡no lo olvides!
La educadora observa, crea, ofrece, experimenta y descubre [Silvia Galán]
Los materiales presentados en la bolsa de música tienen diferentes formas, colores, texturas, sonidos… que despiertan el interés de los más pequeños y del adulto que les acompaña en explorarlos, conocer sus posibilidades y diferentes formas de manipulación. No están elegidos al azar, sino que son objetos e instrumentos que permiten enriquecer muchísimo el mensaje musical, acompañarlo, interpretarlo, reconocerlo, asimilarlo, afianzarlo y hacerlo propio. Además, es atractivo para aquellas personas más visuales que disfrutan con los colores y las formas; para aquellos más táctiles que les encanta indagar en las diferentes texturas y manipular los materiales; para aquellos más auditivos que alucinan con los diferentes sonidos y timbres que pueden producir con ellos; y para aquellos más sensibles e intuitivos que aúnan todo lo anterior y que se fijan mucho en cómo huelen o saben las cosas.
Aquí te enumero el material actual, que se ampliará en cuanto arranque el nuevo curso 2022/2023. Si quieres tener tu bolsa de música y algunas ideas de cómo usarla, no dudes en escribirme. Puede ser un excelente regalo para ti y tu familia o para cualquier amigo o ser querido.
- 1 Bolsa de tela
- 2 Shakers o huevos sonoros
- 4 Baquetas
- 2 Pañuelos
- 2 Aros con cintas de colores
- 2 Esferas de goma eva
- 2 Pompones
- 1 tambor
Porque la música no solo se escucha, sino que también se ve, se toca e incluso puede tener sabor y olor. Todos los sentidos se pueden poner en marcha a la hora de aprender y disfrutar de la música. Y esta cualidad que tiene la música es maravillosa, porque te permite llegar a todo el mundo. Los sentidos -oído, vista, tacto, gusto y olfato- son el mecanismo que nos permite percibir, conocer, comunicar y conectar con lo que está a nuestro alrededor, con el mundo. Gracias a ellos podemos explorar, experimentar, interpretar y comprender el mundo y protegernos de él si fuera necesario. Los sentidos funcionan como canales a través de los cuales recibimos la información y, dependiendo de cuál sea nuestro sentido o canal predominante, así será nuestra manera de comunicarnos con el mundo que nos rodea. De ahí que haya personas que observan todo con detalle, o que les encanta hablar, o que no paran de moverse y manipular, o que son muy sensibles y empáticos.
Interesante ¿verdad? Te cuento más sobre ello e una entrada anterior y en las próximas compartiré contigo como lo llevé a la práctica en las sesiones durante un curso académico completo.
¡No te lo pierdas!