Hacia un modelo de aprendizaje musical en familia I: la educadora, el adulto y el niño/a

El pasado mes de noviembre tuve la oportunidad de participar en la tercera edición del  ‘Congreso Internacional de Innovación Docente e Investigación en Educación Superior’ con unas aportaciones que compartiré aquí y que espero sirva para conocer más sobre este proyecto de Educación Musical Temprana que es Vínculo Música.

La primera de las aportaciones gira en torno a cuatro conceptos sobre los que surgió todo y que a día de hoy me sirven de inspiración y motivación: LA MÚSICA, LA EDUCACIÓN, LA INFANCIA y LA FAMILIA. Mi pretensión desde entonces es crear un modelo de aprendizaje donde la música, la educación, la infancia y la familia son los objetos de estudio y piezas fundamentales de su engranaje. Gracias a métodos musicales como la Music Learning Theory de Edwin Gordon, Musica in Culla de la Associazione Internacional de Musica in Culla y mi propia investigación y experiencia en el aula, este proyecto marca su dirección hacia un modelo de aprendizaje musical en familia dentro y fuera del aula. En este contexto de aprendizaje no solo participa la educadora, sino que el adulto y el niño/a son indispensables. Sigue leyendo y descubre porqué.

Un momento oportuno para el canto. Algunos instrumentos para tocar y acompañar. Un tiempo y un lugar para escuchar. Un espacio para bailar, para compartir, para aprender, para descubrir, para disfrutar [Judith Akoschky]

La educadora es fundamental en el proceso de aprendizaje. Su papel es crear una atmósfera donde sean bienvenidos no solo los niños/as, sino también los adultos. Un clima cómodo y motivador que surge de una investigación y planificación previas y que evoluciona y varía a través de la observación activa. El espacio que se crea y ofrece atiende a un contexto de experimentación, descubrimiento, creación y juego individual y grupal. Todo el material musical que se presenta y desarrolla en las sesiones busca respuestas intencionadas y no intencionadas que lleve a los niños a un descubrimiento de su personalidad e individualidad, ambas muy conectadas con la emoción y que además comparte con sus iguales y adultos.

Una de las cosas más valiosas que pueden hacer los padres por su hijo/a es contribuir en su desarrollo creativo animándole a observar, experimentar y jugar [Raúl Bermejo]

La actitud de las familias es esencial. Brindar la oportunidad de observar, experimentar y jugar a los peques desde su nacimiento y, además, ser partícipes de ello, es una de las cosas más valiosas y maravillosas que los adultos podemos hacer. El adulto de referencia que acude con el niño/a junto con la educadora tienen un papel fundamental en el proceso de aprendizaje y la colaboración mutua propiciará un contexto educativo significativo y motivador para el niño/a. El adulto debe ser conocedor de su papel activo en las sesiones, de su atención y contacto visual conmigo y con su hijo/a, de su predisposición para ejecutar las dinámicas y guiar a sus hijos/as, de su papel de observador que permita a los niños/as libertad en sus respuestas y ritmo de aprendizaje, de permitirse disfrutar. Y es que las dinámicas musicales que se trabajan en las sesiones no solo van destinadas a los niños/as, sino también a los adultos que los acompañan. Es de vital importancia interiorizar y asimilar toda la música que trabajamos con los niños/as en las sesiones y ponerla en práctica en diferentes momentos de la vida cotidiana: hacer de la música un lenguaje de comunicación, juego e intercambio con los niños/as fuera del contexto del aula.

Cuando, a los pocos meses, ya producen las primeras vocalizaciones, los niños inventan [Tafuri]

El niño/a, por su parte, será protagonista de su propio aprendizaje y se utilizará el juego como principal recurso para alcanzarlo. Se trata de un proceso cuyos resultados se van obteniendo a corto, medio y largo plazo. Todo depende de los objetivos marcados y metas a alcanzar. Este tipo de educación musical que ofrece Vínculo. Música desde bebé, promueve la adaptación como ingrediente fundamental para obtener seguridad y confianza; la observación y respeto por el ritmo individual y grupal con el objetivo de dotar de libertad de adaptación al proceso de aprendizaje; la utilización de la riqueza individual en el desarrollo de cada dinámica, dotando de personalidad y emoción no solo a las acciones de los niños/as y adultos sino de las propias actividades; la celebración de las respuestas intencionadas y no intencionadas y la adecuación de estrategias para mejorarlas; la repetición y variación como forma de incentivar la motivación y la atención hacia las dinámicas, los materiales y la música.

Interesante, ¿verdad?

Apostar por un modelo de aprendizaje musical en familia se inicia desde la idea de que las sesiones van destinadas no solo a los niños/as sino también a los adultos. Hacer de la música un lenguaje de comunicación, juego e intercambio con los niños/as dentro y fuera del aula ha brindado a las familias la oportunidad de entablar mejores relaciones, experiencias únicas y vivir de primera mano el crecimiento propio y el de sus hijos/as.

Te contaré más sobre estas experiencias y estrategias en las próximas entradas de El Tablón. Espero que participes y disfrutes de ellas. ¡No te lo pierdas!