No hay que demostrar nada… simplemente disfrutar con la MÚSICA

Es muy posible que, para la mayoría, esta sea una actividad totalmente novedosa y desconocida. En muchas ocasiones, los papás y mamás que se animan a acudir a las sesiones no saben muy bien qué se van a encontrar. Y lo mismo ocurre para aquellos niños/as que acuden sin adulto.

La filosofía de Vínculo es que la música forme parte del desarrollo pleno de los niños/as desde incluso antes del nacimiento, enriqueciéndolo a través de la interacción con sus seres más queridos, con las nuevas personas que conocerá y con la profesora que les guiará en este proceso. La música se aprenderá como el lenguaje y, por ello, debe ser rica y estimulante en todo momento. Además, no solo se logrará enriquecer musicalmente a los más pequeños, sino también al entorno familiar y social del niño/a.

Es muy importante la participación de los adultos en el desarrollo de las actividades propuestas en el aula. Mostrarse entusiastas y alegres será clave para que el niño/a se muestre motivado y con ganas de aprender. El juego será la clave en el proceso de aprendizaje y por este motivo es importante estar relajado y disfrutar. No hay que demostrar nada: ni ser el mejor cantante, ni ser el mejor intérprete, ni ser el mejor bailarín. Simplemente hay que sacar nuestro lado infantil, dejar aparte la vergüenza y disfrutar de este proceso tan bonito junto a nuestro hijo/a. Cada persona necesita su tiempo y así debe de ser pero, en cuanto se logre el objetivo, las sesiones serán de lo más productivas. Mientras, la profesora estará en todo momento para guiar, ayudar y dinamizar las actividades.

Para aquellos niños/as que acudan sin adulto, se realizará la misma metodología, tanto a nivel grupal como individual, basándose siempre en el juego como vehículo primordial para el aprendizaje, creando espacios para el intercambio, la experimentación y la diversión. La riqueza individual de cada niño/a junto con la música, será algo mágico para el grupo. Igual que los adultos, los niños/as necesitan también su periodo de adaptación y es normal que al principio caiga alguna lágrima, les cueste separarse de las mamás o papás, les de vergüenza hablar, cantar o interactuar pero….pronto pasa. Una vez comienza la sesión y la música es la protagonista, todo cambia. Es mágico.

Os animo a todos/as a jugar, desconectar, intercambiar experiencias y emociones con otros adultos, disfrutar de los más pequeños y crecer junto a vuestro hijo/a a través de la música.

¡A POR ELLO!