‘Una de las cosas más valiosas que pueden hacer los padres por su hijo/a es contribuir a su desarrollo creativo animándole a observar, experimentar y jugar’
Raúl Bermejo – Thinks for Kids]
Brindar la oportunidad de observar, experimentar y jugar a los peques desde su nacimiento y, además, ser partícipes de ello, es una de las cosas más valiosas y maravillosas que los adultos podemos hacer. Cuando somos niños/as, todo lo que nos rodea es mágico y nos despierta una enorme curiosidad y ganas por conocer. No hay nada peor que un niño/a que no desee descubrir o explorar y, para ello, los adultos tenemos que ser los primeros en volver a ilusionarnos y sentir esa magia que tiene conocer algo por primera vez. Y, por supuesto, transmitírselo a los más peques.
Cuando un niño/a juega está explorando, experimentando, creando, potenciando su personalidad y compartiéndola con los demás…está siendo plenamente feliz. Pero, si además lo acompañamos con música, este abanico de posibilidades aumenta mucho más, pues con la música incluimos un ingrediente muy especial y necesario: la emoción. Una melodía, canción, danza, recitado rítmico, grabación sonora, cuento musical…, nos transmite un sinfín de emociones que nos animan a curiosear nuevos horizontes y, en definitiva, a ampliar nuestro aprendizaje.
Estos aspectos no solo desarrollan las capacidad e inteligencia musicales de los más peques y sus familias, si no que alcanzan ámbitos que van mucho más allá:
- Fomenta el disfrute, entretenimiento y placer.
- Fomenta la imaginación y creatividad individual y grupal.
- Facilita la expresión de los sentimientos afectivos del peque a través del vínculo con sus familiares y sus iguales.
- Favorece su sociabilización y capacidad de comunicación.
- Fomenta el desarrollo de la memoria.
- Mejora el desarrollo de la personalidad y la autoestima.
En nuestras sesiones brindamos numerosos espacios de juego, experimento y creación y además lo hacemos en grupo, facilitando a los más peques su relación, diversión y aprendizaje con otros iguales, compartiendo estas experiencias con sus familias, brindando la oportunidad a los adultos de volver a su infancia y poder vivirla junto a su peque.
En definitiva, la música nos permite ser seres más felices.